Cuidado con los pensamientos negativos
Frente a un diagnóstico de cáncer de mama es de suma importancia mantener la esperanza de que sanarás. Retomarás tus actividades acostumbradas pero las apreciarás de manera distinta porque habrás aprendido a valorar y disfrutar más intensamente cada una de esas actividades. Cada manifestación de vida, tendrá nuevos significados para ti.
No te culpes ni te lamentes de cosas que hiciste o dejaste de hacer en el pasado. El presente es lo importante como lo es también visualizar tu futuro: hacer nuevos planes que pondrás en práctica en cuanto hayas sido dada de alta por el médico. El pasado debe quedar atrás y no debes enfocar tu energía pensando “qué hubiera pasado si…”. Puedes tener ideas repetitivas del estilo de: “si hubiera comido más sano”, “si tan solo hubiera hecho más ejercicio”, “si me hubiera ocupado más de mi misma”, etcétera. Se ha demostrado que los pensamientos negativos no están basados en hechos reales pero sí tienen un gran peso en las emociones que nos provocan.
Cada vez que un pensamiento negativo llegue a tu mente, proponte cambiarlo por una frase positiva. Esto puede ser difícil en un principio pero es importante aprender a identificar este tipo de reflexiones y transformarlas en algo que aportará cosas positivas para tu presente o tu futuro.
Realiza actividades que disfrutes
Elige actividades que te guste hacer, ya sea sola o en compañía de otras personas, y ponlas en práctica. Por ejemplo, si desde hace tiempo extrañas dar una caminata por el parque, visitar algún lugar, practicar juegos de mesa con amigos o familiares, ir al cine, nadar, escribir o leer, éste es el mejor momento para hacerlo.
Recuerda que la terapia ocupacional tiene muchos beneficios, uno de ellos es permitirte enfocar tu energía en cosas placenteras que te ayudarán a sentirte mejor.
Asume una actitud positiva frente a la vida
Una vez que logres tener pensamientos positivos la mayor parte del tiempo, verás cómo cambia para bien tu actitud ante la vida. Aprecia el hecho de que aún con cáncer ¡tienes vida! Vivir, de manera consciente, cada momento es el secreto del bienestar y de la alegría.
Ríe mucho
La ciencia ha confirmado que la risa trae consigo una respuesta bioquímica positiva para nuestro cuerpo. Es una terapia gratuita que a todos nos ofrece la propia naturaleza. La risa nos relaja y ayuda a ver el mejor ángulo de las circunstancias cotidianas. Incorpora en tu día a día el sentido del buen humor. ¡Es curativo para el alma y el cuerpo!
Practica la autodisciplina
La autodisciplina es la capacidad que desarrollamos, conforme crecemos y maduramos, de hacer las cosas que debemos en el momento necesario. Esta aptitud trae consigo dos grandes cualidades para nuestra existencia diaria: el respeto por uno mismo y la libertad personal. Cuando tus acciones son coherentes con tus palabras, cuando tu intención y tu acción son una misma es que tu vida está orientada por principios morales o éticos. Entonces, surge en tu interior la convicción de que lo que estás haciendo -física, emocional y espiritualmente- vale la pena y tu conciencia se siente tranquila y en paz.
Esta actitud te dará fortaleza interior para actuar de acuerdo con lo que es importante para ti y para tu recuperación. Por ejemplo, mantener una dieta sana (nada de comida rápida o chatarra), perseverar en la práctica de algún ejercicio (bajo la recomendación de tu médico), concederte diariamente un rato para la meditación y la reflexión (esto te brindará una perspectiva más clara de en qué quieres invertir tus energías cada día y, al final de éste, te ayudará a realizar un acertado balance de tus logros).
Establece metas personales y cúmplelas
Es muy importante fijarnos metas en todos los aspectos de nuestra vida. Ya sea en el ámbito personal, laboral y social nuestras metas u objetivos constituyen el “motor” que nos impulsa y nos hace perseverar. Las metas a corto, mediano y largo plazo te ayudarán a tener la fuerza para luchar por sentirte una mujer plena, una mujer valiosa.
Agradece todo lo que tienes
Miles de sobrevivientes de cáncer están convencidos de que existe una respuesta fisiológica correlativa a la gratitud, es decir, otorga un cierto bienestar al organismo humano.
Agradece todo lo que tienes y te rodea: familia y amigos que te aman tal como eres; la presencia de Dios, de cualquier manera que lo concibas; la belleza de la naturaleza y de muchas creaciones del ser humano (música, literatura, pintura, obras arquitectónicas, entre otras). Existen personas que ignoran lo que es el agradecimiento. Únicamente se les ha enseñado a decir mecánicamente, varias veces al día, “gracias”, “muchas gracias”. Sin embargo, sentir en profundidad agradecimiento es como un manantial de otros sentimientos que te darán fortaleza en los momentos más difíciles de tu enfermedad. Una vez que la superes, habrás crecido como persona, poseerás más calidad humana.